martes, 10 de junio de 2014

El sistema educativo carente de una educación mental




El sistema educativo carente de una educación sentimental

En la sociedad actual en la que vivimos, en ocasiones se considera que el éxito académico depende de la inteligencia y la fuerza de voluntad del estudiante; dejando de lado la capacidad y habilidades emocionales de las personas.

En la vida no sólo nos manejamos con lo que podríamos llamar inteligencia racional sino también con una inteligencia emocional.  que son claves para percibir, evaluar, comprender y expresar diversos estados emocionales y autorregularlos. De esta manera, considero  fundamental promover el crecimiento no solo intelectual sino también emocional de los niños.

Reflexionar sobre el rol que desempeñan las emociones en la vida humana nos conduce a indagar qué es la inteligencia emocional. Goleman (2005) la define como la habilidad que posee toda persona para motivarse y persistir frente a las decepciones que puedan presentársele, como así también la habilidad para controlar impulsos y demorar gratificaciones, regulando el humor y evitando que ciertos inconvenientes o trastornos disminuyan la capacidad de pensar. A ello le agrega la capacidad por parte del ser humano de desarrollar empatía y abrigar esperanzas.


Es importante conocer qué sucede con estos aspectos en niños en situaciones desfavorecidas, que se desempeñan en un contexto escolar diario con grandes carencias emocionales tales como: falta de afecto y contención, escasa capacidad para interactuar positivamente con otros, insuficiente capacidad para manejar los impulsos emocionales, poca motivación y marcada problemática familiar y social. 

Es interesante destacar la importancia de la capacidad de actuar inteligentemente con respecto a nuestras emociones, confiando que estas cuestiones también pueden ser aprendidas, por lo tanto deben ser enseñadas desde los primeros años de vida escolar. Es en esta etapa donde se producen grandes desarrollos de índole física, emocional y cognitiva que afectan en la individualidad, percepción y respuesta por parte del niño al ambiente que lo rodea. 


Este proceso de nacionalización de la persona se delega actualmente en la escuela, hecho provocado por el debilitamiento progresivo de esta capacidad en la familia y por la presencia  de los medios de comunicación como nuevos agentes socializadores. Sin embargo al no haber vínculos entre la familia, la escuela y los medios de comunicación, surgen tensiones y desafíos que se agravan en la etapa secundaria 

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